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Leticia, Lorenzo y Leah

Tengo dos niñas, la mayor de dos años y medio, y la pequeña de 4 meses y medio. Puedo decir que los nacimientos de mis hijas han sido los momentos más felices de mi vida.

Con la primera deseaba un parto natural, sin epidural, y lo intenté, pero no estaba preparada y no fui capaz de soportar el dolor de las contracciones, a los 6cm estaba pidiendo la epidural a gritos.

Con la segunda quise estar preparada, no sabía como hacerlo y me puse a buscar por internet.

Afortunadamente se cruzó en mi camino el hipnonacimiento, no tenía ni idea de lo que era, ni encontré demasiada información, pero algo en mí se dejó llevar. Gracias al hipnonacimiento mi segundo nacimiento fue la experiencia más maravillosa de mi vida, una conexión extrema con mi bebé y mi marido. Y ahora en mi niña noto la paz y la serenidad de habernos preparado como lo hicimos.

Fue una gran inversión para nosotros en ese momento de nuestra vida, pero decidimos seguir adelante y ahora me siento feliz de poder decir que ha sido el dinero mejor invertido de nuestra vida.

Además mi niña tuvo un problema de salud durante el embarazo y ningún médico confiaba en que su nacimiento pudiera ser natural, el hipnonacimiento también me ayudó a luchar con capa y espada para defender mis convicciones y conseguir librarnos de la cesárea que nos querían imponer.

Practiqué casi todos los días con la música que nos dio Pilar, me sentía muy conectada con mi niña. Muy bien conmigo misma. Relajada y confiada.

Aquí va el relato del nacimiento de Leah:

El Nacimiento de Leah La maravillosa llegada de Leah a este mundo Sabía que elegirías el mejor momento para llegar a este mundo. Yo llevaba varios días sintiendo las olas, cada día pensaba que llegabas ya, pero te hiciste esperar. Deseaba con toda mi alma que nacieras ya, para conocerte, para tenerte entre mis brazos, para acariciarte y para besarte. Aunque estaba tan feliz de tenerte en la tripita! Sabía que era el mejor sitio donde podías estar, además nos habían dicho que cuanto más tiempo estuvieras en la tripita mejor, así seguirías mejorando muy rápido. La noche del 21 al 22 sentía las olas cada vez más fuertes y más frecuentes. Me fui a la cama sintiendo que llegarías muy pronto. Pero pude dormir tranquila. Me desperté sobre las cinco o seis de la mañana con las olas más intensas y bastante frecuentes. Pensé que en dos horas podrías estar naciendo y que nos venía muy mal las ocho de la mañana, la hora punta de tráfico jajaja Sin embargo pasaban las horas y las olas seguirán viniendo cada 10 minutos. Papá y yo queríamos esperar el máximo en casa para llegar al hospital lo más dilatada posible y que no pudieran intervenir nada. Así que esperamos en casa tranquilamente. Pasaban las horas lentamente y las olas eran cada vez más fuertes, pero yo me relajaba escuchando la música que tanto habíamos oído tú y yo juntas para prepararnos, estaba relajada, haciendo bien la respiración, y aunque las olas fueran más fuertes las aguantaba bien.

Pasamos así todo el día, los tres juntos. Tú, te preparabas lentamente, yo respirando y relajándome, y papá ayudándonos con un trapito fresco, con palabras de ánimo, con paciencia. Y la verdad es que te agradezco que vinieras tan despacito porque así mamá podía relajarse entre ola y ola, respirar bien y no cansarse. Sobre las ocho de la tarde empecé a sentirme más inquieta, (aunque las olas seguían viniendo cada 10 minutos), y ya le dije a papá que creía que era el momento de salir hacia el hospital. La matrona me dijo que me quitara la ropa, que me iba explorar. Le pregunté si tenía realmente que quitarme las botas (me costaba tanto!), me miró con cara extrañada. Al rato volvió y antes de explorarme le dije "primero vemos y después ya veremos qué hacemos con la bolsa" me mira extrañada, pero yo estoy tan obsesionada con que no quiero que me rompan la bolsa... Mete su mano, se concentra, la saca, me mira a los ojos y me dice "si te digo de cuanto estás no te lo vas a creer". Cuando me dice que estoy de 8 cm se me saltan las lágrimas. Lloro de felicidad. "Ahora entiendo porqué no te querías quitar las botas" me dice. La que no se lo podía creer era ella. "Te lo has currado en casa." Y le va diciendo a todo el personal del hospital que vengo de 8 cm, impresionada. Por mi cara, y mi estado de relajación, pensaba que me iba a mandar de vuelta para casa, que aún no estaba de parto ja ja ja Todo va saliendo tal y como queríamos. No me hace falta ni leerles mi plan de parto. Ella nos deja tranquilos, nos baja la luz, nos deja poner la música. Pero todo pasa muy rápido, enseguida siento ya ganas de empujar. Me vuelve a mirar y me dice que efectivamente ya estoy completamente dilatada solamente queda un bordecito del cuello. "Quédate aquí relajada, quiero llevarte a quirófano lo más tarde posible, espera aquí un poco". En eso vienen las pediatras a vernos, nos dicen que nada más nacer tendrán que llevarte a la uci, que no podrán dejarnos las dos horas de piel con piel. Papá y yo se lo discutimos, les decimos que habíamos quedado en que si nacías bien nos dejarían las dos horas y no haría falta llevarte a la uci, pero ellas a lo suyo, que no, imposible.

Enseguida siento ganas de pujar otra vez, la matrona me dice que haga un pujo para ver si asomas la cabecita. Papá y ella miran y yo empujo fuerte, como ella me dice, efectivamente te ven la cabecita y zas se rompe la bolsa y moja todo por todas partes, una explosión de líquido, mojamos entera a la matrona!

Nos pasan rápidamente a quirófano. Las ginecólogas se ponen la bata pero yo ya estoy preguntando si puedo empujar "no, no, espera" me dicen, pero yo siento que ya estás, que quieres salir, siento ese ardor, ese fuego que decían que se siente cuando corona la cabecita pero pasa rápido la verdad y ya me dicen que puedo empujar. Empujo despacio pero me dicen que tengo que empujar más fuerte, que tus pulsaciones cardiacas están bajando. Empujo más fuerte, papá me dice "venga, ayúdala, ya está aquí mi amor, ayúdala". Sus palabras me dan justo el aliento que necesito para poder empujar más fuerte, empujo y ya noto como sale tu cabecita!! Que maravilla!!! Noto como sale lentamente. La toco, te toco la cabecita, que sensación tan maravillosa mi amor!!!! Empujo fuerte, muy fuerte, y ya noto como sale tu cuerpecito. "La puedes coger" me dicen. Coger?? No entiendo que me quieren decir. "Cógela". No me lo puedo creer, me están ofreciendo que te coja pero todavía no has terminado de salir. Mi gran sueño, pero jamás hubiese pensado que aquí nos dejarían hacer esto. Entonces me incorporo y con mis brazos te cojo. Todavía tienes parte de la bolsa, está todo muy húmedo, caliente y blandito, es una sensación indescriptible, tan maravilloso poderte coger ya, tocarte, estar entre mis manos!!!! te cojo y te termino de sacar las piernecitas, entonces te pongo sobre mi tripita. Oh, qué plenitud, qué felicidad!!!! La felicidad más grande del mundo. Has nacido a las 22 horas 36 minutos.

Papá se une a nosotras, pone su manita sobre ti. Momento mágico entre los tres. Le ofrecen cortarte el cordón, y como no, papá feliz te lo corta. Antes pregunto si ha dejado de latir ya, y la matrona me dice que sí, que ya está blanco.

Ya en ese momento te ponemos al pecho y te enganchas, comes despacito. Papá te lleva un segundo a la pesa 3.460!!!! y 51 cm. Te vuelven a poner rápidamente conmigo. Todos comentan lo guapa que eres y lo bonito y especial que ha sido tu nacimiento. Todos tenemos una gran sonrisa en la boca. Ha llegado la felicidad.

Nos llevan a la habitación, y contra todo pronóstico nos dejan dos horas piel con piel. Has nacido tan tan bien que las pediatras ni se atrevan a llevarte.Comienza el milagro de Leah, lo que nosotras sabíamos, qué bien lo estás haciendo mi amor!!!! Te quedas conmigo, piel con piel, al pecho, succionando perfectamente. Papá, mientras, hace las llamadas para informar a la familia de tu maravillosa llegada.

La matrona luego viene a hablar conmigo, está impresionada de este nacimiento, quiere saber más, le cuento todo sobre el hipnonacimiento.

Te queremos tanto Leah. Eres un tesoro, una joya, la fuerza, el amor, la felicidad. Gracias Leah por habernos elegido como familia. Te queremos Leah, bienvenida a esta familia. Has venido para darnos amor, paz y felicidad, gracias mi amor.