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Preparación al parto con hipnonacimiento

El HipnoNacimiento es un método creado por Marie Mongan en 1989 que parte de su propia experiencia y de los trabajos del Dr. Dick Read.

A principios del S.XX este obstetra inglés estudió durante muchos años porqué había mujeres que sentían dolor en el parto y otras no. Tuvo una primera experiencia de parto sin dolor cuando asistió a una humilde mujer en un barrio de Londres. Read trató de ponerle la mascarilla de éter para anestesiarla, como hacía siempre, pero ella rehusó. Después de tener a su hijo en brazos él le preguntó que por qué había rechazado usar la anestesia y ella le contestó: “No me dolió doctor, ¿es que me tenía que doler?”

Después de ésta y otras experiencias similares estudió durante muchos años la cuestión y formuló la teoría de que en ausencia de miedo las contracciones que causan el dolor desaparecen. Él lo denominó el síndrome del “MIEDO-TENSIÓN-DOLOR” y observó que si se eliminaba el miedo, se eliminaba la tensión y en consecuencia el dolor.

En 1933 Escribió un libro sobre Nacimiento Natural, pero no obtuvo mucho éxito (los pioneros no siempre son bien recibidos).

Marie Mongan, conoció las teorías del Dr. Read que confirmaban su propia intuición de que la naturaleza había hecho muy bien las cosas y con su tercer hijo en la década de los 50 pudo vivir esa experiencia completamente despierta, consciente y tranquila cuando lo normal en aquella época eran los conos de éter como anestesia, las correas de cuero, etc.

En 1989, cuando su hija estaba esperando un bebé, decidió utilizar sus conocimientos de hipnoterapia y desarrolló un programa que posibilitara dar a luz de forma consciente, libre de miedo y en armonía con la naturaleza. Así fue como nació el HipnoNacimiento.

Actualmente se imparte en 34 países del mundo y en Inglaterra, lo oferta la seguridad social, debido a su eficacia y a la reducción de costes.

Según Marie Mongan: “Creemos que cada mujer tiene dentro de ella el poder de hacer un llamamiento a sus instintos naturales para lograr la mejor forma posible de dar a luz a su bebé y a sí misma”.

Parte de la idea de que el nacimiento es un acontecimiento familiar y no médico, en el que los principales protagonistas son la Madre, el Padre y el Bebé. Excepto en casos muy especiales.

Promueve la enseñanza de técnicas de auto-hipnosis que permiten que la mente y el cuerpo trabajen de forma armoniosa. Es un programa de unas 13h que enseña cómo dar a luz en un estado de relajación profunda, que incluye una parte en la que se trabaja la liberación emocional de los miedos, los pensamientos y actitudes que nos condicionan, pues sabemos que las emociones juegan un papel clave en este acontecimiento.

¿Qué es la hipnosis?

En nuestro país la palabra hipnosis nos remite a la hipnosis de espectáculo y nos vienen imágenes de que nos van a hacer cualquier cosa, y que vamos a estar manipulados, y por tanto somos bastante escépticos al respecto, pero no hay nada de eso.

Se trata de un estado de conciencia tranquilo en que es posible influir en nuestro subconsciente. Esa parte de nuestra mente actúa sobre nuestros pensamientos, sentimientos y sobre los mecanismos biológicos y fisiológicos de nuestro organismo. Es un estado natural y lo experimentamos en muchos momentos al día como por ejemplo el de antes de dormirnos o el de justo antes de despertarnos. Todo el mundo se puede beneficiar de los efectos de la relajación hipnótica, a la que cualquiera puede acceder de forma natural y con total seguridad.

Para entender mejor como actúa nuestra mente subconsciente y la mente consciente voy a utilizar una imagen la del jardín. Eres un jardinero (mente consciente) y plantas semillas (nuestros pensamientos) en la tierra (mente subconsciente) y esta hará crecer las semillas que hemos plantado. Vamos a recoger en nuestra vida lo que hemos plantado en nuestro subconsciente. Es la ley que se da en la agricultura, la ley de causa y efecto, si quiero comer patatas, plantaré patatas y no me enfadaré porque no he cosechado zanahorias que era lo que quería.

Así pues si plantamos sentimientos de miedo al dolor, pensamientos de desconfianza en mi misma y en mi cuerpo, nuestro subconsciente es como la tierra que hará crecer estas semillas. Si quiero obtener tranquilidad, serenidad, paz, mi mente consciente tendrá que plantarlo primero y después vendrán los resultados.

La mente subconsciente es la que controla todas las funciones de nuestro organismo, no está nunca dormida y lo hace sin la ayuda de nuestra mente consciente, por lo tanto controla el proceso de formación de ese nuevo ser así como el proceso de dar a luz. En la mente subconsciente se almacenan las experiencias de nuestra vida desde el momento de nuestra concepción y su función es interpretar las señales medioambientales y activar los programas apropiados sin hacer preguntas, es automática y opera en el presente. Así cuando se percibe un estimulo, de forma automática se desencadena una respuesta que fue aprendida cunado se detectó ese estímulo por primera vez. Si mi mente consciente dice: el nacimiento es doloroso, horrible etc. mi mente subconsciente lo ejecutará tal cual y hará todo lo posible para que sea asi. Y una vez que la información se almacena o graba en nuestra mente subconsciente controla nuestro organismo, nuestra biología para el resto de la vida a no ser que la volvamos a reprogramar. Por eso si he visto una película sobre un nacimiento traumático, que me ha impresionado mucho, si desde pequeñas hemos escuchado y nos han contado lo horrible que es el nacimiento, todo eso se habrá quedado grabado en mi programa subconsciente sobre el tema nacimiento, y cuando una mujer se queda embarazada se pueden activar. Hay que hacer una nueva programación. Es nueva programación es la que hacemos con el HipnoNacimiento.

Dolor

Es interesante conocer la historia de cómo surge el dolor en el nacimiento a fin de ir cambiando nuestras ideas.

¿De donde viene el miedo al dolor en el nacimiento?

Hace más de 3000 años las mujeres daban a luz tranquilamente.

Hay evidencia de que la Escuela de Medicina de Grecia, dirigida por Hipócrates y Aristóteles, no hacía mención alguna en sus escritos a que el dolor estuviese relacionado con el nacimiento, a menos que se presentara una complicación. Incluso en este caso, se le administraban hierbas y brebajes a la mujer con el fin de lograr un estado de relajación para así poder tratar la complicación.

En numerosos escritos de Hipócrates y de Aristóteles leemos que la “naturaleza es la mejor medicina” y que la naturaleza debería funcionar sin la intrusión de “intervenciones entrometidas”. Aristóteles escribió y enseñó sobre la conexión entre mente y cuerpo y enfatizó la importancia de la relajación profunda durante el proceso de nacimiento. No se encuentran referencias al dolor en torno al nacimiento normal en las notas de ambos.

Un miembro de la Escuela Griega, Sorano, reunió los escritos de Hipócrates y Aristóteles en un libro en el año 79 AC. Esta contribución le otorgó la reputación de haber sido el hombre más grande de la historia de la obstetricia en aquel tiempo. Enfatizó la importancia de escuchar las necesidades y los sentimientos de la parturienta y apoyó la idea de usar los poderes de la mente con el fin de lograr un nacimiento fácil a través de la relajación. Al igual que Hipócrates y Aristóteles, Sorano tampoco hizo mención al dolor, excepto en casos de nacimiento anormal o complicado. En estos casos, él también recomendaba el uso de hierbas para aliviar el malestar. Las mujeres en proceso de nacimiento eran tratadas con ternura, alegría y cariño.

En el siglo 2 d.C., Clemente de Alejandría escribió: “Toda mujer debería sentirse avergonzada por la sola idea de ser mujer”. Las mujeres pobres y sin educación temieron por el solo hecho de ser mujeres. Se les prohibió la práctica de sus dones sanadores, fueron forzadas a reunirse en secreto y a trabajar en la oscuridad de la noche. Así fue como la brujería, un don honrado y apreciado de sanación, se transformó en la herramienta del diablo y fue prohibida. Todos los asuntos de medicina y curación pasaron a manos de los sacerdotes y monjes quienes aclamaban que su poder venía directamente de Dios. El clero ejercía completa autoridad en torno a las decisiones sobre quiénes podían ser tratados y quiénes no, y hubo grandes matanzas de mujeres.

A través de una serie de decretos a lo largo de varios siglos, lo que una vez había sido una celebración de vida se transformó en una prueba de dolor, soledad y miedo. La ley promulgaba la segregación de la mujer embarazada y el aislamiento en el nacimiento.

Se prohibió que las personas que trabajaban en el campo de la salud atendieran a una parturienta, y se abolió la partería, dejando a la mujer en proceso de nacimiento sola, aislada y sin apoyo.

Ya que la mujer estaba pagando retribución por el pecado original, no había lugar para la misericordia. Las mujeres que experimentaban nacimientos complicados sufrían terriblemente. Una nueva ley promulgó que en caso de complicación, la vida del bebé debía ser salvada. En caso de ocurrir esta eventualidad, las manos de campesinos y castradores de cabras, las únicas personas a quienes se les permitía atender a una mujer en proceso de nacimiento, debían tomar al bebé a través de una incisión hecha en la pared uterina, sin tomar en cuenta la vida ni la agonía de la madre. Las mujeres que morían se “salvaban” ya que habían ayudado a traer un alma nueva al mundo. Las mujeres pagaban el precio del pecado original, y efectivamente, el precio era alto.

La creencia que ha persistido durante varios siglos tomó forma: las mujeres deben tolerar dolores insoportables al dar a luz. Era más el miedo a la muerte que al nacimiento.

Las traducciones de la Biblia, escritas en el tiempo en que se creía que el dolor formaba parte natural del nacimiento, hicieron prevalecer el concepto de “La Maldición de Eva”. EL Dr. Dick-Read, a través de sus estudios de la Biblia y de su contacto con eruditos en esta materia, descubrió que la palabra “etzev” en hebreo significa “labor, trabajo, esfuerzo”, pero que cuando los mismos traductores se referían al nacimiento, la palabra usada significaba “dolor, angustia, pesar”.

Algunos eruditos señalan que los profetas no hicieron referencia alguna al nacimiento en sus escritos.

En el S.XVIII una enfermera, Florence NIgthingale introduce la higiene en la maternidad.

A partir del año 1900 se generaliza el conocimiento sobre los anestésicos, la higiene, los antibióticos y los analgésicos. Antes de esto, la agonía de una mujer en proceso de nacimiento era inmensurable.

La administración temprana de drogas y la anestesia se vuelven la norma en todos los nacimientos. Como se creía que el nacimiento doloroso era inevitable, las mujeres recibían altas dosis de analgésicos durante la primera fase de nacimiento y anestesia general durante la segunda fase. Se estandarizan los nacimientos drogados y los nacimientos con la ayuda de instrumentos.

Asi hemos llegado a la actualidad en que hay un sector profesional y social que parte de la idea de dar a luz es doloroso formando parte del viejo paradigma , y hay otro sector que forma parte del nuevo paradigma que gracias a la toma de conciencia de muchas mujeres y profesionales de la salud, así como de la sociedad vamos desechando el miedo, y reencontrando y confiando en que la naturaleza ha preparado muy bien el organismo de la madre tanto para concebir como para gestar como para dar a luz de forma armoniosa y serena.

“Imagínate que estás en el momento del nacimiento de tu hijo/a, estás consciente, tranquila, serena y una gran paz te invade. Tu cuerpo y tu bebé adaptándose a las olas (contracciones), tu respiración ayudando a que las olas sean más eficaces y lleven a tu bebé a tus brazos. Tú y tu bebé juntos en este final de viaje, él/ella sintiéndose apoyado, animado por ti, por su padre, sintiendo todo vuestro amor…

Tu pareja apoyándote emocionalmente y a nivel logístico, tiene la información y los recursos y te ayuda a ir a ese estado cada vez más y más profundo de relajación, en que tu cuerpo fabrica su anestesia natural, las endorfinas, en donde la tensión y el dolor se han transformado. Y vives una experiencia transformadora que se graba en lo más profundo de ti y de tu bebé”

Este nacimiento puede ser el de tu bebé. Con el hipnonacimiento lo puedes lograr.



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